Por qué la enseñanza presencial es mejor, cuando es seguro hacerlo
Seguridad en la escuela durante la pandemia del COVID-19
El aprendizaje presencial en las escuelas no parece aumentar considerablemente la transmisión del virus en la comunidad. Pero depende de que las escuelas cumplan con las recomendaciones de salubridad pública para el COVID-19.
Todas las escuelas deben tener como meta el aprendizaje presencial, que es la forma como los niños aprenden mejor. Esto requiere que colaboren con los funcionarios de salud pública para mantener la propagación del virus bajo control y tomar las medidas de seguridad graduales para ayudar a mantener a los estudiantes, los profesores y el personal seguros.
Las escuelas brindan más que estudios académicos a los niños y los adolescentes. Además de lectura, escritura y matemáticas, los estudiantes aprenden habilidades sociales y emocionales, hacen ejercicio y tienen acceso a servicios de ayuda para la salud mental y otros servicios que no se pueden ofrecer por medio del aprendizaje en internet. Para muchos niños y adolescentes, las escuelas son lugares donde permanecen seguros mientras que los padres o tutores trabajan. Para muchas familias, la escuela es donde los niños reciben alimentos saludables, tienen acceso al internet y otros servicios vitales.
Lineamientos generales para el retorno a las actividades académicas presenciales
Para prevenir la propagación del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, hay varias medidas de seguridad que las escuelas pueden tomar. Ninguna de ellas por sí sola eliminará por completo el riesgo del COVID-19, pero juntas pueden ayudar a reducirlo considerablemente. A continuación, algunas de estas medidas:
Distanciamiento físico. La meta para los estudiantes y adultos es permanecer por lo menos a 2 metros de distancia. Sin embargo, separar los pupitres por lo menos a 1 metro de distancia y evitar contacto cercano pueden tener beneficios similares para los estudiantes más jóvenes, especialmente si usan cubiertas de tela para la cara y no tienen síntomas del COVID-19. Los maestros y el personal deben mantenerse a una distancia entre sí y evitar áreas como los salas de profesores.
En lo posible, debe hacerse uso de espacios exteriores para la instrucción y las comidas para ayudar a mantener la distancia. Actividades como el canto y ejercicio, por ejemplo, son mucho más seguras al aire libre donde se pueden dispersar.
Cubiertas de tela para cara e higiene de las manos. Todos los niños de 2 años en adelante y los adultos deben usar cubiertas de tela para la cara que cubran la nariz y la boca para frenar la propagación del virus. Cuando se usan de manera correcta, las mascarillas son seguras de usar por largos periodos de tiempo como es el caso del día escolar. Además, lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón es importante para todos.
Dejar las puertas de los salones de clases abiertas para ayudar a evitar el uso de los picaportes y superficies de alto contacto.
Chequeo de temperatura y pruebas. Las pruebas de diagnóstico se recomiendan a aquellos que tienen síntomas del COVID-19, o que recientemente han entrado en contacto o sospechan de alguien expuesto al virus. Las pruebas solo muestra si la persona está infectada en ese preciso momento y podría no ser útil en la prevención de brotes en las escuelas o comunidades.
Tomarle la temperatura a los estudiantes en la escuela no siempre es posible. Las escuelas deben establecer maneras para identificar a los estudiantes que tengan fiebre u otros síntomas de enfermedad. Las escuelas deben recordarles con frecuencia a los estudiantes, profesores y personal que se queden en casa si tienen fiebre de más de 38 grados Celsius o algún síntoma de enfermedad.
Exposición. Aunque la evidencia actual sugiere que los niños menores de 10 años tienden a tener menor probabilidad de infectarse con SARS-CoV-2, y menos probabilidad de esparcir la infección a otros, aun así las escuelas deben planear para evitar exposiciones al virus. Si un estudiante o miembro del personal entra en contacto cercano con alguien que se sabe ha adquirido la infección del SARS-CoV-2, debe ponerse en cuarentena por 14 días contados desde el día en que entraron en contacto cercano.
Contacto cercano significa estar a menos de 2 metros de la persona por lo menos durante 15 minutos. Se sabe que una persona está infectada si tiene una prueba de laboratorio que confirme la infección o si está enferma con síntomas coherentes con COVID-19. |
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Limpieza y desinfección. Las escuelas deben estar preparadas para limpiar y desinfectar de forma correcta los salones de clases y las áreas comunes.
Micros, pasillos, comidas y patios de recreo
Debido a que estos son lugares muy concurridos se deben cumplir las siguientes condiciones para mantener la prevención de trasmisión del COVID-19:
- Designar asientos a los que viajan en micro y pedirles que usen cubiertas de tela para la cara. Animar a los niños a ir a la escuela de otras maneras, como caminando o en bicicleta.
- Marcar los pasillos y escaleras con flechas en el piso que indiquen el sentido/dirección para caminar para disminuir las aglomeraciones en los pasillos.
- Se deben exhortar las actividades al aire libre, así que se les debe permitir a los estudiantes el uso del patio de recreo en grupos pequeños. La limpieza de los equipos de recreación debe ser parte del plan de limpieza.
Inmunizaciones y visitas de control al pediatra del niño sano.
Es importante que a medida que los estudiantes regresan a la escuela que se pongan al día con sus vacunas.
Salud del comportamiento/apoyo emocional. La escuela de su niño debe anticipar y estar preparada para tratar una amplia gama de necesidades de salud física y mental de los estudiantes y del personal. Las escuelas deben ofrecer servicios de salud mental para cualquier estudiante que esté teniendo dificultades por el estrés relacionado con la pandemia e identificar a los estudiantes que tienen síntomas de ansiedad o de agitación/angustia.
Volver a la escuela durante la pandemia del COVID-19 podría ser diferente este año a lo que estamos acostumbrados, por lo menos por algún tiempo. Pero tener planes establecidos para la seguridad, y cerciorarse de que las escuelas cuentan con los recursos necesarios, puede ayudar a mantener seguros a los estudiantes, el personal de la escuela y las familias.
Fuente American Academy of Pediatrics