¿Qué podemos hacer cuando nos estamos viendo afectados por noticias de catástrofes en general?
Al igual que los adultos, los chicos son capaces de afrontar noticias e imágenes perturbadoras de mejor manera cuando comprenden mejor la situación.
A continuación, se ofrecen algunas sugerencias para ayudar a los padres y cuidadores a apoyar a los niños de una manera constructiva y útil.
Preguntale a tu hijo qué escuchó |
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Comenzá preguntándole a tu hijo qué es lo que ya sabe. Es probable que los niños hayan oído hablar de la guerra y de su posible impacto regional y global. Esta información puede provenir de la televisión, las redes sociales, la escuela, amigos o comentarios escuchados entre adultos. Sin embargo, gran parte de su información puede no ser precisa.
Mientras los niños le cuentan lo que saben sobre la situación, escuchá si hay malentendidos o rumores aterradores. Entendé la confusión: podrías explicarles que ni siquiera los adultos sabemos todo lo que está sucediendo ya que las noticias pueden cambiar rápidamente o proporcionar puntos de vista contradictorios.
Respondé con sinceridad y tranquilidad y no descartes los miedos
Los adultos tenemos muchas preocupaciones sobre esta crisis. Nos preocupamos por la seguridad y el bienestar de soldados y civiles. Tememos que la violencia empeore o se extienda. También tenemos preocupaciones más amplias sobre cómo la guerra puede hacer que otros países sean más inestables y el impacto que puede tener en nuestro propio país.
Los niños pueden tener algunas de estas mismas preocupaciones, pero también pueden tener otras muy diferentes. Por eso es tan importante que preguntemos directamente a los niños sobre sus preocupaciones. No podemos brindarles tranquilidad efectiva hasta que conozcamos sus temores específicos.
Una vez que tu hijo comparta sus inquietudes con vos, brindale explicaciones honestas. Correjí los malentendidos o la información errónea, pero no ignores ni minimices sus miedos. Ayudalo a identificar formas de afrontar la ansiedad, la tristeza y los miedos en lugar de fingir que no existen o no deberían existir.
Tené en cuenta que los niños comprenderán y reaccionarán de manera diferente según su edad de desarrollo y sus experiencias personales.
Cuanto mayor sea un niño, más discusión probablemente necesitarás para responder preguntas y abordar inquietudes. Comenzá proporcionando la información básica en términos simples y directos. Luego preguntale si tienen alguna pregunta. Seguí las indicaciones de tu hijo para decidir cuánta información compartir.
Señalale que la gente en otros lugares está trabajando para ayudar a las familias directamente afectadas por la guerra y para mantenernos a todos a salvo. Los niños a menudo buscan la seguridad de que están a salvo después de recordatorios tan gráficos de violencia y conflicto.
Evitá la exposición a imágenes gráficas y la cobertura mediática repetitiva
Limitá la cantidad de exposición a la cobertura de los medios y la discusión en las redes sociales. Demasiada exposición puede resultar abrumadora para cualquiera y dificultar la comprensión de lo que está sucediendo y el procesamiento de los sentimientos relacionados.
Es útil que los niños sepan lo suficiente como para sentir que comprenden lo sucedido. Pero la exposición a imágenes gráficas, las cantidades masivas de información o cobertura mediática continua y repetitiva no lo es. Las entrevistas con personas heridas en la guerra o con familiares y amigos de quienes murieron o fueron secuestrados pueden resultar muy inquietantes.
Reconocé que algunos niños pueden correr un mayor riesgo de sufrir angustia
Algunos niños sentirán un mayor impacto emocional que otros por eventos angustiantes. Tené en cuenta que es posible que necesiten más ayuda para sobrellevar la situación.
Para los niños que tienen familiares o amigos directamente afectados, por supuesto, esta guerra se sentirá muy personal. Se identificarán más estrechamente con el estrés y las pérdidas que experimenten. Los niños de familias que sienten fuertes vínculos debido a afiliaciones religiosas compartidas también pueden sentirse conectados.
Proporcioná respuestas reflexivas a preguntas comunes
Es probable que los niños y adolescentes hagan una serie de preguntas comunes en tiempos de crisis y agitación. Elejí respuestas que brinden información honesta y tranquilidad.
No te preocupe si no sabes qué decir.
A menudo, lo que los niños y adolescentes más necesitan es tener alguien en quien confíen que escuche sus preguntas, aceptá sus sentimientos y estate ahí para ellos. No te preocupes por saber qué decir: no existe una respuesta que haga que todo esté bien. Escuchá sus pensamientos y preocupaciones. Respondé a sus preguntas con respuestas sencillas, directas y honestas. Proporcioná tranquilidad y apoyo adecuados.
Mencioná el tema, incluso si los niños no quieren hablar de ello
Cuando ocurre una crisis mundial importante como esta, es útil plantear el tema a los niños, incluso si son muy pequeños. Al principio, es posible que te digan que no quieren o no necesitan hablar sobre el tema. Generalmente no es una buena idea obligarlos a hablar, pero mantené la puerta abierta para que regresen y lo discutan más tarde. Haceles saber que estás disponible cuando estén listos para hablar y que ellos elijan el momento.
Buscá más apoyo cuando tu hijo lo necesite
Cuando una guerra provoca tanta muerte, destrucción y trastornos, es natural sentirse molesto. Sin embargo, si los niños continúan muy alterados durante varios días o tienen pesadillas persistentes, parecen incapaces de afrontar sus miedos o tienen problemas en la escuela, en casa o con sus amigos, es una buena idea hablar con alguien ajeno a la familia para que te aconseje. La guerra puede haber desencadenado otras experiencias, inquietudes o preocupaciones angustiosas.
Fuente: Healthy Children