Pautas para las familias sobre las emociones de volver al cole despues del confinamiento
La vuelta al colegio puede suponer una situación de estrés para los niños y para las familias. Además, también pueden sentir miedo por poder ser contagiados por el COVID-19.
Es de gran ayuda poder manejar el estrés y la ansiedad que causan ciertos cambios.
El estrés puede ser bueno y ayudar a conseguir ciertos objetivos, dando al cuerpo de la energía necesaria. Por otro lado, el estrés malo desestabiliza y provoca fatiga y sensación de malestar. Un estrés crónico, a lo largo del tiempo afecta a la capacidad intelectual y al aprendizaje.
¿Afecta al aprendizaje el estado emocional?
Se sabe que el estado emocional de las personas que están aprendiendo es determinante a la hora de poder comprender y almacenar la información.
Sabemos que estados de calma o tranquilidad ayudan y predisponen al aprendizaje. Un estado elevado de ansiedad o de estrés está contraindicado. Además determinadas emociones como el enojo o el miedo dificultan y pueden limitar la educación.
¿Cómo ayudar a nuestros hijos con las emociones?
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Reconocer y ayudarles a identificar qué emociones están sintiendo (tristeza, miedo, alegría, enfado…).
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Ser conscientes de la intensidad con la que se está sintiendo esa emoción (por ejemplo, leve, moderada, alta).
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Permitir que expresen sus emociones (dibujando, escribiendo, hablando…).
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Explorar qué necesitan o qué puede ayudarles (un abrazo, estar solos un rato, pintar, descansar, moverse, jugar, llorar, respirar profundamente, tiempo para pensar…).
Además se pueden instaurar ciertas rutinas. Las rutinas les dan seguridad y confianza. Ayudan a poder predecir lo que va a ocurrir, generando tranquilidad y calma a los niños. Alguna rutina podría ser; preparar el material y la ropa que va a llevar al cole, dejar los juguetes preparados para cuando vuelvan a casa, antes de entrar en clase dar siempre un gesto afectuoso (por ejemplo un abrazo) etc.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de comunicarnos con los chicos?
- Es importante mantener contacto visual.
- Nuestros hechos deben estar en sintonía con lo que decimos. Aunque para el adulto sea simplemente un detalle o no tenga mucha importancia, hay que intentar ser coherente entre lo que se dice y se hace.
- Aprovechar los momentos en los que los hijos se acercan y están más receptivos.
- Mostrar interés por lo que les gusta e interesa a los hijos. Esto ayudará a crear o fortalecer el vínculo y a mejorar la comunicación.
- Es más fácil que los hijos hablen de cómo se encuentran y de cómo se sienten, si los padres hablan de qué les alegra, qué les preocupa, qué les tranquiliza…
Pautas para las familias para la vuelta al colegio:
- Hablar de forma directa y con claridad sobre lo que va a ocurrir a lo largo los días de vuelta al colegio. Buscar para hacerlo un momento tranquilo.
- Reconocer que los chicos también tienen sentimientos y que es importante comprenderlos y respetar sus reacciones. La conducta o los comportamientos pueden ser cuestionables pero las emociones no. Por lo tanto, todas las emociones son válidas. Pueden tener miedo y estar asustados. Para ello les preguntaremos de qué forma podemos ayudarles.
- Si no son capaces de gestionar sus emociones puede que realicen comportamientos indeseados (morderse las uñas, gritar, esconderse, insultar a alguien, etc). Nos mantendremos a su lado intentando que se sientan protegidos y que cuenten con nuestra ayuda y seguridad para ir cambiando esos comportamientos por otros más adaptativos.
- Para los más chiquitos, si les cuesta separarse de los miembros de la familia, un objeto, un juguete pequeño y/o una foto puede ayudarles a sentirse más tranquilos y seguros en la escuela.
- En el camino al colegio podéis realizar alguna actividad divertida. Le ayudará a distraerse y a reducir la ansiedad.
- Cuando vuelva del colegio le preguntaremos como se sintió y cómo fue su primer día. Que sepa que puede contarnos cualquier cosa que le preocupe o necesite. Es importante ayudarle a poner en palabras las emociones que siente.
Esta vuelta al cole para algunos grupos de chicos que se han habilitado tendrá unas condiciones diferentes. La capacidad de adaptación de los niños y de los adultos es esencial para poder afrontar la nueva situación y poder hacerlo de la forma más segura y favorable posible.
Fuente: Adaptación del texto de Ismael Simón Álvarez. Psicólogo general sanitario